En consulta algunos Padres, les preocupa la energía de sus Hijas/os,
la falta de tiempo que puedan llegar a pasar con ellas/os, las dificultades de
expresar afecto o cómo reaccionar a una fuerte rabieta. Cuando escucho este
tipo de relato visualizó a los Padres navegando por un océano agitado por un
oleaje marítimo intempestivo, con idas y vuelta de olas golpeado un ACORAZADO (estos
buques de guerra de gran tonelaje) perdido en medio del inmenso mar.
Para poder sobrevivir a este intempestivo océano agitado,
presurosamente se dedican con todo su esfuerzo a blindarlos y artillados para
jamás ser hundidos por ningún oleaje inoportuno.
Construyeron exhaustivamente un piso y paredes con el mejor acero
perfectamente remachado y con la mejor
soldadura para impedir cualquier pequeña grieta donde pueda entrar agua. Pero a
veces ni las mejores intenciones resultan suficientes para contra restar la
fuerza de la naturaleza. La nula expresión emotiva y falta de experiencia
afecta la seguridad de aquel ACORAZADO, al acercarnos empezamos a observa
fisuras, inmediatamente tratamos de remendar las grietas colocamos remiendos,
pedacera de lo que creemos es lo correcto pero así como “componemos” aparece
otro desperfecto lo que era tapar grietas ahora es un terrible incendio en el
cuarto de máquinas, si no manejamos bien este desperfecto puede que nuestra travesía
por este océano se vea truncada. La vivencia de esta experiencia para varios
Padres es una lección de vida, una vez que comprenden ellos mismos lo que
sienten emocionalmente y su inexperiencia en cuanto al ser Padre el fuerte
oleaje va encontrando mesura, las fuertes ondas que se desplazan por el océano dejan
de golpear a esta embarcación ya mermada por la travesía, resulta paradójico pero
cuando este ACORAZADO se libera del blindaje y su pesada artillería la hija/o
no encuentran estas barreras el exceso de energía empieza a disminuir. En lugar
de blindarnos y artillarnos los Padres debemos embellecer nuestro ACORAZADO ir modificándolo,
reflexionar nuestro recorrido que hemos tenido para que el viaje llegue a buen
puerto cálido y amoroso.
Como Padres al darnos cuenta y aceptar nuestras limitaciones dejamos
de construir el blindaje, ahora nos interesados en pintar coloridas paredes, en
lugar de artillarlos ahora los llenamos de flores y bellos mensajes de afecto.
En ocasiones este océano se pondrá intempestivo con fuerte oleaje,
pero entre más se acompaña amorosamente menos era sus afectaciones. Cuando el
Padre reflexiona y vislumbran la naturaleza de aquel oleaje intempestivo comprendió
por fin como navegar con ella.
Victor Garcia
Comentarios
Publicar un comentario